Hoy traigo un nuevo invitado. Por si no lo conoces, se trata de Lobo Inf, que lleva el canal La Posada de los Juegos, un fantástico podcast dedicado principalmente a videojuegos, aunque hay espacio para más temas. Sin ir más lejos, os dejo por aquí la fantástica entrevista que me hizo en la que hablamos de mis libros (entre otras cosas):
Sin más, os dejo con su análisis del Space Marine II. Que lo disfrutéis…
Pantallazo del juego, desarrollado por Saber Interactive
La épica hecha juego. Análisis de Space Marine II, el producto que necesitábamos y con el que soñábamos.
Los de Saber Interactive nos regalan un trabajazo que cumple los sueños de cualquier aficionado a Warhammer, especialmente los fieles seguidores del Emperador.
Imagina que estás en tu club, en tu tienda de confianza, en tu garaje o en tu lugar favorito para jugar a Warhammer. Tu rival y tú termináis de desplegar, todas las miniaturas están pintadas y la escenografía es excelente. Va a ser una tarde épica de batallas y lanzamiento de dados, pero entonces…
… todo cobra vida, te ves atraído por el tablero, acabas dentro de la batalla y todo adquiere unas texturas de infarto. La mesa de juego se convierte en un vasto campo de batalla. Lo que iba a ser un choque de 2000 puntos se transforma en hordas y hordas de Tiránidos, avanzando para matarte, para comerte y consumir tu biomasa. Has abandonado tu ciudad. Ahora eres un teniente de los Ultramarines y desde tu nave dirigirás diferentes asaltos que luego llevarás a cabo.
Esto es Space Marine II, un producto que puede ser un notable alto para los desconocedores de la franquicia, pero que para los amantes de Warhammer sin duda será un sobresaliente de pleno derecho.
El regreso de Titus
El juego narrativamente continúa unos cien años después de los acontecimientos de Space Marine. Nos seguirá contando la historia de nuestro protagonista y es precisamente esa continuidad la que hará que el juego nos dé múltiples sorpresas y escenas que nos saquen constantemente una sonrisa.
Como nos dijeron en redes sociales los desarrolladores del título, salvaros de “spoilers” tanto como podáis. La primera mitad del juego te hace sonreír constantemente viendo referencias al juego de miniaturas en vehículos, enemigos y aliados. Sin embargo, el gancho principal en mi opinión son una calidad gráfica que me ha sorprendido de sobremanera y el comportamiento de las hordas, con una optimización técnica que da gusto. No obstante, ese factor sorpresa se perdería en la segunda mitad del juego, por lo que no dudan en regalarnos una orgía de referencias, alguna mecánica nueva y sobre todo mucho, muchísimo “Fan service” muy bien llevado. El último tercio del juego es una cuesta arriba hacia la epicidad, que si quizás no significa demasiado para el desconocedor de la franquicia, para todos los aficionados es un ascenso sin parangón que hace que cuando termines el juego te haya sabido a poco.
Un juego directo pero no por ello sencillo de dominar.
Compararlo con otros juegos es sumamente difícil y creo que el título adquiere una personalidad propia. ¿Es un juego de disparos y coberturas como un Gears of Wars? No, creo que no exactamente. En demasiadas ocasiones te pide ir sin cobertura hacia el enemigo, cerrar distancia sobre él. Además, las mecánicas para recuperar vida, que ahora las hablaremos, perjudican mucho jugar defensivo y desde atrás. ¿Es un Doom, con un sistema de ejecuciones para recuperar escudo y cierta exploración para encontrar salud? Tampoco exactamente, si bien tiene las mecánicas de los últimos Dooms el ritmo te obliga a jugar de una manera más pausada, se siente más pesado. ¿Ese nuevo parry que se vio en los tráileres lo convierten en una especie de Souls o Sekiro? Pues definitivamente tampoco. Las hordas de enemigos y la cantidad de amenazas que tenemos que atender a la vez nos hacen descartarlo.
Así podríamos seguir durante mucho más tiempo. Pero no tiene sentido teniendo en cuenta que la conclusión es que Space Marine II tiene un estilo propio que creo que le ha llevado a conseguir algo sumamente raro en estos tiempos y es a tener una identidad propia. El sistema de combate es sencillo de aprender pero difícil de dominar. Sobre todo cuando las amenazas no vienen solas.
Combinamos mecánicas para combatir cuerpo a cuerpo y mecánicas para combatir a distancia. Saber transicionar perfectamente entre estos dos mundos nos permitirá sobrevivir en los modos de dificultad “Veterano” y “Ángel de la Muerte”. Tenemos botón para apuntar, otro para disparar, uno para hacer paradas o parrys, uno más para esquivar y un último para golpear. Si hacemos una esquiva o bloqueo perfecto podremos dar un tiro certero que hace más daño que uno normal. Estas combinaciones nos harán sentir como un verdadero Astartes, como el arma viva del emperador. Porque para tener aún más poder cuando hayamos dañado lo suficiente a un enemigo podremos hacerle una vistosa ejecución que además nos recuperará escudo.
Existen cuatro niveles de dificultad, así que podréis adecuar perfectamente el juego a la experiencia que queráis tener. Para este análisis lo jugamos en PS5 en dificultad veterano que es la que recomienda el desarrollador.
El multijugador amplía la diversión
La campaña, en teoría de un jugador, se puede jugar con amigos perfectamente y de hecho, un tipo de misión de las que a veces nos encontramos en el juego, nos han parecido diseñadas para poder repartir roles.
Pero lo que nos ocupa en este apartado son los modos “Operaciones” y “Guerra eterna”. Operaciones es el jugador contra la máquina, en la que tres Marines tendrán que adentrarse en una serie de misiones, que además tienen una justificación para estar en el juego muy orgánica. Estos marines los podremos escoger de entre seis clases, cada una con sus mejoras, sus armas y sus habilidades. Siendo muy estimulante querer mejorar nuestras favoritas.
El modo “Guerra Eterna” es el jugador contra jugador. Tiene tres submodos (Conquista, captura y control y aniquilación) que me ha parecido un heroshooters que bebe de Battlefront y los multijugadores de hace unos años. Tanto en Operaciones como Guerra Eterna podremos customizar a nuestros marines teniendo muchos capítulos entre los que elegir en el caso de los leales y bastante más limitado en el caso de los traidores.
Conclusiones
Un juego muy recomendable para el desconocedor de Warhammer 40.000 y totalmente imprescindible para el fan de las miniaturas y el lore. Este juego cumple nuestros sueños sobradamente.
Lo Mejor:
- El amor a los fans. Es una caricia continua al amante de este hobby.
- Los gráficos, que por fin viene un juego de esta generación que no podría funcionar en la anterior.
- Lo cinematográficas que quedan algunas escenas cuando los combos nos empiezan a salir.
Lo peor:
- Que se acaba. Fuera bromas la campaña es corta, entre diez y doce horas ya se ha terminado, aunque yo seguiré dando caña repitiendo la campaña y en los modos online.
- Algunas mecánicas muy interesantes tienen menos recorrido del que me gustaría. Presentándolas muy al final de la aventura.
Me encanta aquí un ángel sangriento dando caña!!!🍻