La verdad es que este tema no es nada nuevo, no seré el primero, y espero que tampoco el último, en mencionar los beneficios inherentes a los juegos de rol. De hecho ya hay bastante literatura al respecto. Cuando estaba preparando este artículo intenté documentarme un poco, y la cantidad de información que hay es abrumadora (algo que celebro).
En un primer momento pensé en hacer la clásica lista de 10 beneficios de los juegos de rol, pero intenté hacer la lista y me rendí cuando llevaba más de 20. Ya en la misma entrada de la Wikipedia aparecen 17. Algunas de ellas son las mismas que publicó en su día el Ministerio de Educación, y que podéis consultar en este enlace.
Este tema podría plantearse desde muchos puntos de vista: beneficios psicológicos, beneficios educativos, beneficios sociales… Pero yo no soy psicólogo ni educador, yo soy jugador. Si alguien quiere leer estudios o información relevante, le invito a que rebusque un poco por la red, pues encontrará abundante y muy interesante material, pero por mi parte creo que sería deshonesto hablar de otra cosa que no sea mi experiencia personal.
Por tanto, vaya por delante que la próxima lista de beneficios de los juegos de rol es completamente subjetiva.
1- Vivir la fantasía
La imaginación es el más potente de los motores, no tiene límites. Los juegos de rol, como ningún otro juego, se nutren completamente de la imaginación. Otros juegos tendrán un componente imaginativo, en mayor o menor medida, pero también tendrán otros componentes que influirán en el jugador; un videojuego tendrá imágenes, sonidos, y una mecánica más o menos cerrada; un juego de tablero puede tener imágenes y miniaturas, y unas reglas concretas. En los juegos de rol por supuesto también existen esos elementos, la pantalla, imágenes, música, mapas, miniaturas… pero la base fundamental es la imaginación.
Los juegos de rol son la forma más directa de vivir experiencias que, a día de hoy, son imposibles de vivir. Tal vez en un futuro la tecnología nos permita vivir una realidad virtual de verdad, no sólo con imágenes en 3D y sonido envolvente, sino experimentando plenamente una situación. Hasta entonces, la imaginación puede sustituir cualquier situación.
La clave del asunto es que no hay dos partidas iguales, y no hay dos personajes iguales, sencillamente porque no hay dos jugadores iguales. Las posibilidades son infinitas y, lo más importante, creadas por los propios jugadores. Nada, ningún otro entretenimiento ofrece tantas posibilidades de vivir la fantasía como los juegos de rol.
Puedo afirmar que he experimentado grandes vivencias jugando al rol, grandes aventuras, momentos únicos y épicos que no habría podido experimentar de otra forma. Quiero remarcar la palabra experimentar: que nadie lo dude, vivir una experiencia, aunque sea de forma ficticia, también es vivirla, aunque lógicamente no sea de forma tan intensa como si la experiencia fuese en nuestras carnes. No por ser parte de una fantasía deja de ser real. Las ideas no son físicas, y no por eso dejan de existir.
2- Forja de amistades
Una amistad suele tener como base una actividad común. Puede ser un hobby, un empleo, los años pasados en la escuela, unas vacaciones, o las pruebas a las que nos somete la vida de vez en cuando. Cuanto mayor sea la actividad común, de más temas podremos hablar con nuestros amigos, y mayores serán los cimientos de la amistad. Es por ello que hay amigos con los que dejamos de tener actividades comunes, e inevitablemente perdemos el contacto, pero siguen estando ahí porque las bases son sólidas.
La base es aún más sólida cuando en esa actividad los amigos han colaborado para alcanzar un objetivo común. Cuando trabajas codo con codo con alguien para conseguir algo, cuando el esfuerzo es común y la recompensa también lo es, los cimientos de la amistad son mucho más fuertes.
Los juegos de rol, por lo general, se basan en el trabajo en equipo. El 99% de las partidas consiste en un grupo de personajes que persiguen un objetivo común, y ponen en sintonía sus diferentes habilidades para conseguir dicho objetivo que, de forma individual, sería imposible. Luego puede haber detalles, ganadores y perdedores, rencillas internas… pero la base suele ser ésa.
Cuando, además, el grupo de jugadores es más o menos el mismo, esta tónica se repite constantemente. Creando fuertes lazos de amistad.
En mi caso, algunos de mis mejores amigos lo son por los muchos años de haber jugado al rol. Esta actividad ha llevado a otras: cañas, cine, cenas, excursiones… Incluso en algunos casos, habiendo dejado ya de jugar al rol, la amistad sigue ahí porque los cimientos fueron buenos, sustituyendo unas actividades por otras, con mayor o menor frecuencia. Pero estoy bastante seguro de que, si no hubiese sido por los juegos de rol, hoy esas amistades no serían tan buenas.
3- Estimulación a la literatura
Los jugadores de rol leen. Es un hecho. La pregunta es si leen más porque son jugadores de rol, o si son jugadores de rol porque les gusta leer.
¿Acaso importa? La realidad es que no conozco a un sólo jugador de rol que no sea un ávido lector. Cierto es que los gustos en lectura suelen estar enfocados precisamente a la temática de los juegos de rol, o sea: fantasía, ciencia ficción, e historia, en sus diversas variantes. Pero lo que importa es que leen, y mucho.
Supongo que no hace falta que explique por qué leer es beneficioso…
Esta virtud es extrapolable al consumo de cultura en general, pues los jugadores de rol suelen ser también usuarios habituales de cine, música, pintura, modelismo… Y no me quiero olvidar del conocimiento científico, que también es cultura, pues en mayor o menor medida los jugadores de rol suelen estar familiarizados con las nuevas tecnologías, y con conceptos básicos de física y matemáticas. Puedo decir de primera mano, aunque suene a tópico, que en la facultad de Físicas de la Universidad Complutense hay muchos más fans que en la de Periodismo, por ejemplo. El topicazo de la serie Big Bang Theory no es gratuito.
En cualquier caso, para mí es evidente que el nivel cultural de los jugadores de rol está, por lo general, por encima de la media, y se debe a los hábitos de lectura.
4- Conocerse a uno mismo (y a los demás)
Cuando te pones en la piel de un personaje concreto e intentas actuar como lo haría él, te ves obligado a utilizar habilidades que a veces no se usan en la vida real. No todos los días nos vemos en la tesitura de plantear una batalla, o nos tenemos que preparar un discurso para incriminar políticamente a un adversario, o tenemos que investigar un asesinato.
Evidentemente estas habilidades no son del todo reales, al fin y al cabo suelen ser simulaciones con una estadística. Pero lo que importa es que, con más frecuencia de la que parece, nos vemos a nosotros mismos cómodos (o incómodos) con determinadas situaciones y actitudes.
Así, en un grupo suele estar más o menos claro quién es el líder, quién es el ingenioso, quién es el combativo, quién es el prudente, quién es el espontáneo… No en vano los psicólogos suelen utilizar juegos de rol en dinámicas de grupo, precisamente para conocer las fortalezas y debilidades de las personas.
Resulta curioso cómo los jugadores tienden a hacer siempre más o menos los mismos personajes cuando juegan a distintos juegos. Y lo hacen de forma natural. A mí me cuesta salirme de los mismos papeles, lo confieso, cuando me hago un PJ nuevo suelo intentar innovar precisamente para no caer en los mismos conceptos de siempre. ¿Por qué ocurre eso? Pues porque ahora me conozco mejor, y sé que tiendo hacia ciertas actitudes y roles dentro de un grupo. No sólo me conozco mejor yo, sino que también conozco mejor a la gente con la que juego.
5- Comprender mejor la realidad
Puede parecer contradictorio, pero cuando te esfuerzas en hacer realista una fantasía, a base de números, descripciones e ideas, desarrollas una habilidad para analizar mejor las cosas.
A mí por ejemplo me ocurre con frecuencia que, ante determinada persona, enseguida me viene a la mente cuáles serían sus estadísticas en determinado juego, sus virtudes y defectos, sus dotes y demás características. Y no sólo me pasa a mí, a veces hablando con mis colegas me basta con aplicar la regla de algún juego a un contexto real para que me entienda perfectamente lo que digo.
Voy a poner un ejemplo: no hace mucho, estando de vacaciones, un amigo que no tiene el carnet de conducir me preguntaba extrañado cómo se hace una rotonda, al ver que en el lugar en que estábamos la gente conducía de forma distinta a lo que estábamos acostumbrados. Le expliqué brevemente la teoría, y después le dije: «y luego está la dote de prestigio conductor de Madrid, que hace que seas más agresivo y directo». Me entendió perfectamente.
El caso es que los juegos de rol, por lo general, están pensados para imitar la realidad mediante estadísticas. ¿Por qué no se puede aplicar el mismo sistema al día a día? Yo creo que soy más capaz de analizar a determinadas personas o situaciones precisamente por la costumbre de intentar visualizar un contexto durante una partida. El uso habitual de mapas da visión espacial; el uso de estadísticas ayuda a comprender probabilidades; las características de una ficha de personaje son cuantificables para cualquier persona… En fin, creo que los jugadores de rol, por lo general, y contra todo pronóstico, tienen una percepción mejorada de la realidad. Puede que me equivoque.
6- Diversión
Por último, pero sin duda lo más importante: los juegos de rol son ante todo juegos. Y son divertidos. Mucho.
Hablo de diversión en toda la extensión de la palabra: a veces es divertido pasar miedo. A veces es divertido discutir. Y a veces es divertido perder.
Recuerdo con cariño que algunos de los momentos más divertidos de mi vida se dieron jugando al rol. No en vano intento jugar cada vez que puedo, y mis amigos y yo intentamos reunirnos al menos una vez al año en vacaciones para unas jornadas de rol (en las que por supuesto hay más actividades), sencillamente porque es divertido.
Así que sí, uno de los indudables beneficios de los juegos de rol es la actividad en sí misma.
En la línea de la valoración plenamente subjetiva, yo añadiría…
7- Arrojo en las artes escénicas
Personalmente, una de las áreas en las que más influencia he notado de mi experiencia rolera. Por resumir, a pesar de que mi trasfondo profesional no tiene absolutamente nada que ver con este tema, tengo ya en mi haber dos papeles protagonistas en obras de teatro infantiles y una experiencia como narrador en un cuentacuentos-musical para adultos, todos ellos a nivel aficionado, lógicamente.
Puede parecer una minucia, pero los recuerdo como desafíos personales muy interesantes, y a la postre como experiencias enormemente enriquecedoras. Sinceramente, de no haber sido por mi trasfondo previo con el rol creo que nunca habría aceptado estos pequeños retos, en los que el desparpajo interpretativo es la clave.
Bueno, también hay jugadores más teatreros que otros, algunos son demasiado rígidos como para ir más allá de las reglas y entrar en su personaje… Pero sí, está claro que los juegos de rol ayudan a desarrollar ese componente interpretativo.
En la línea de la valoración plenamente subjetiva, yo añadiría…
7- Arrojo en las artes escénicas
Personalmente, una de las áreas en las que más influencia he notado de mi experiencia rolera. Por resumir, a pesar de que mi trasfondo profesional no tiene absolutamente nada que ver con este tema, tengo ya en mi haber dos papeles protagonistas en obras de teatro infantiles y una experiencia como narrador en un cuentacuentos-musical para adultos, todos ellos a nivel aficionado, lógicamente.
Puede parecer una minucia, pero los recuerdo como desafíos personales muy interesantes, y a la postre como experiencias enormemente enriquecedoras. Sinceramente, de no haber sido por mi trasfondo previo con el rol creo que nunca habría aceptado estos pequeños retos, en los que el desparpajo interpretativo es la clave.
Bueno, también hay jugadores más teatreros que otros, algunos son demasiado rígidos como para ir más allá de las reglas y entrar en su personaje… Pero sí, está claro que los juegos de rol ayudan a desarrollar ese componente interpretativo.