En alguna ocasión lo he dicho, puede que en los artículos que dediqué a las JPOD ’17 o al Game On ’17, pero no está mal repetirlo porque es una verdad como un templo: una de las grandes satisfacciones que me estoy llevando desde que arranqué mi aventura digital, primero con el blog y luego formando parte del equipo de La Voz de Horus, es la participación en los eventos en que puedo desvirtualizar a la gente (y en los que la gente me puede desvirtualizar a mí).
Lo que se llama networking, vamos, si me permitís el anglicismo.
Como muchos sabréis, este fin de semana se celebraron las Freak Wars en Madrid, en lo que ya es un evento de referencia dentro del mundo de los wargames y del frikismo en general. Y allí estuvimos en nuestro stand.
Éste es mi testimonio.
Ante todo, buen rollo
Es espectacular el cariño que puede desprender la gente. No se puede describir con palabras (aunque lo intentamos en el propio podcast). No me cansaré de decirlo, porque estas cosas hay que decirlas bien alto y bien claro.
Todas y cada una de las personas que pasaron a saludarnos lo hicieron con una sonrisa en la cara. Todo buenas palabras, incluso alguna crítica que, siendo constructiva, fue bienvenida. Sienta bien que alguien valore lo que haces; es genial que te cuenten sus historias y escuchen las tuyas; pero lo más importante es que alguien quiera venir a conocerte, con el único y genuino interés de estrecharte la mano. Y si encima te traen unas cervezas o unas botellas de deliciosa hidromiel… ¿qué más se puede pedir? En fin, una vez más, ¡gracias a todos!
Nos lo pasamos en grande desvirtualizando gente, recibiendo los comentarios de los oyentes, grabando con ellos los saludos que nos quisieron dejar y alguna que otra entrevista muy interesante.
Y hablando de grabaciones, un agradecimiento especial a mis colegas Klímtrax (viejo conocido en la Taberna), Diego y Mou, que se pasaron a visitarme por allí y tuvieron su momento de micro, como debe ser.
Este buen rollo era una constante en todo el evento: bastaba con acercarse a hablar con cualquiera de los participantes, muy cercanos y solícitos a charlar o hacerse una foto. También entre los organizadores, que pese al calor que sufrimos todos estuvieron al pie del cañón del primero al último minuto, y nos lo pusieron realmente fácil.
Lo que mola de las Freak Wars
Además, por supuesto, disfrutamos del propio evento en sí. Cosplayers, la Legión 501 (alguien les chivó que cuando juego a Star Wars soy un Rebelde), miniaturas espectaculares…
Magnífica la escenografía de los torneos. Increíbles las maquetas a escala real de Han Solo atrapado en carbonita, o de Jabba el Hutt. Chulísimos los talleres de pintura y de soft-combat (daba gusto ver a los chavales «entrenando» con sus espadas láser). En fin, no voy a resumir todo lo que había porque para eso está la página oficial del evento.
No suelo poner muchas fotos en los artículos de este blog, entre otras cosas porque suelen pesar bastante. Pero creo que la que mejor puede resumir este apartado es la foto de la miniatura ganadora del concurso de pintura (y al lado otra del mismo autor, igualmente espectacular). He tenido la suerte de tenerlas en la mano y puedo decir que la foto no les hace justicia ni por asomo; en directo son algo que te deja con la boca abierta.
Lo que tiene ir de novatos
Las cosas como son, siendo nuestro primer evento con stand no llevamos la preparación adecuada.
Por ejemplo, no teníamos el roller que merecía la situación (y que sí llevaban el resto de stands), tan sólo un cartel en A3 que, eso sí, quedó bien chulo.
Tampoco llevamos las suficientes copias del mismo para repartir firmadas a los múltiples oyentes que nos lo pidieron (creo que le dije a Xandre que no sabía para qué traía copias, si con una nos bastaba). Bueno, son cosas de las que aprenderemos para la próxima vez.
Pero el gran fallo fue pensar que iba a sobrarnos tiempo, que nos aburriríamos en alguna media hora suelta. Os diré, a modo de anécdota, que llevamos miniaturas para echar alguna partida improvisada a Kill Team. Tremendo error: en la jornada del sábado no tuvimos ni un minuto libre, y aunque la del domingo fue más relajada, desde luego no habría dado tiempo ni a desplegar.
Otra anécdota como prueba del desastre que somos: apenas una hora antes de la apertura de puertas, tanto Xandre como yo tuvimos que volvernos a casa a por material que nos habíamos dejado (yo sólo tenía que llevar una cosa… y se me olvidó). A las 10 en punto, hora de apertura, cumplíamos la misión in extremis. El madrugón no es excusa.
En fin, seguro que para futuros eventos nos organizaremos mejor.
Conclusión
No voy a extenderme mucho más, pues poco más puedo añadir que no sean detalles. Lo mejor es que escuchéis el podcast, que será distinto a otras ocasiones, pero que no deja de tener su gracia (y algunos ilustres invitados).
Sin más, os dejo con el podcast:
P.D.: en el momento en que termino de escribir este artículo aún no está subido el podcast. Y es que la disformidad ha hecho de las suyas en los servidores de iVoox. Pero lo que no sabéis (lo sabréis si lo escucháis) es que también ha boicoteado las grabaciones del sábado por la tarde. Se da la circunstancia de que fue entonces cuando entrevistamos a un cosplayer que iba de skitarii, y que al terminar la grabación nos confesó que, oculto en el disfraz, estaba el símbolo de los poderes ruinosos y del Mechanicum Obscurum. ¿Casualidad?
A estas alturas ya no creo en las casualidades, estoy viejo para eso…
El año que viene estaré allí!!
(Dios mio ese Conan!!!)
¡Más te vale! 🙂
El año que viene, más y mejor 🙂