Game On 2018, o la necesidad de aprender a crecer

El pasado fin de semana se celebró en Madrid la segunda edición del Game On, el evento de juegos de mesa que está llamado a convertirse en el referente del sector en nuestro país.

Igual que hice el año pasado, estuve por allí husmeando a ver qué se cocía. Éstas son mis impresiones.

Game On 2018
Vista del Game On 2018

Presencia de vips y otras cosillas

Tal vez lo más llamativo de esta edición sea la presencia de un peso pesado internacional: Eric M. Lang, de quien ya hemos hablado al reseñar juegazos como el Bloorborne, Blood Rage, o Rising Sun. El bueno de Eric estaba en su stand, atendiendo con una amplia sonrisa a los fans que se acercaron por allí, además de jugar una partida y asistir a la correspondiente entrevista. Está claro que su presencia dota al evento de un plus de calidad.

También me llevé una grata sorpresa al encontrarme a Boldo (los jugadores veteranos de wh40k le conocéis seguro… al que no lo conozca, aquí tenéis su foto recogiendo el trofeo de ganador del concurso de relatos en el último GT de Talavera) en el stand de Scale75.

Otro aspecto que me llamó la atención fue la presencia de azafatos/as, precisamente gestionando la cola del stand de Eric, así como para hacerse una foto con el mismísimo Lovecraft.

Por lo demás, en líneas generales fue muy similar al año pasado: amplios espacios, currazo del personal, actividades para todos los públicos (incluidos los más peques), y buen rollo generalizado.

Game On 2018
Eric M. Lang en acción

¿Pero qué es realmente el Game On 2018?

Antes de seguir hablando, quiero explicar a qué creo que va cada uno al Game On. Y digo «creo» porque tal vez me haya perdido algo, o no esté bien informado. Espero que se me conceda el beneficio de la duda, y se me corrija si estoy equivocado.

En mi opinión hay tres tipos de visitante:

  1. Los que se apuntan a algún torneo, o sea, que van a juego organizado. Pagas la cuota, sabes a lo que vas, y si la organización es buena (que lo es, parece ser), todos contentos. Una vez más, el evento estrella fue el Kotei de La leyenda de los 5 anillos, que aunque no tenía la espectacular puerta marcando el recinto del año pasado, volvió a congregar a muchos jugadores.
  2. Los que van a probar juegos. Supongo que aquí se engloba a la mayoría de visitantes, y por tanto es la actividad más común. Pagas la entrada (15€ la individual, 20€ la familiar), y si encuentras sitio libre en una mesa, un voluntario te enseña cómo se juega a un juego concreto. Si ya sabes jugar, o no te importa dedicar un rato a leerte el manual, no necesitas de voluntarios.
  3. Los que van a enterarse de las novedades, asistir a las actividades del auditorium, etc. Entiendo que se tratará de gente más o menos especializada. Probablemente también echaran alguna que otra partida, pero principalmente vienen a otra cosa.

Nuestro caso era precisamente el 2: el gran atractivo era poder probar in situ determinados juegos que son novedad. Sinceramente, no vamos a jugar un Aventureros al tren porque ya sabemos de qué va; es un estupendo juego (del que hablaré pronto, por cierto) pero no es una novedad.

¿Por qué quería hacer esta aclaración?

Game On 2018
Bonito escenario en el que pronto habrá una partida de demostración de Los Hombres Lobo de Castronegro

Aprender a crecer

A ver si me explico. En su primera edición este evento ya apuntaba maneras. Pero había fallos importantes que había que corregir. El año pasado era necesario solucionar esos fallos; este año ya es urgente.

Los comentaba en el artículo anterior, y ahí siguen. El principal, en mi opinión, es la organización de las partidas: si vas con la idea de probar un juego concreto, o estás a primera hora, o tienes suerte y justo está libre cuando pasas por delante. Eso, en un evento tan grande, no puede ser la mecánica normal.

Precisamente una cosa que teníamos clara era que este año lo primero que íbamos a hacer era apuntarnos a las listas correspondientes de los juegos que queríamos probar. Cuál no sería nuestra sorpresa al ver que… no había tales listas (si las había, no fue en los juegos que estaban en nuestro punto de mira).

Es decir, que como entramos media hora después de la apertura de puertas, y tras esperar toda la mañana rondando los dos o tres juegos para los que habíamos ido al Game On 2018, el resultado es que no jugamos a ninguno. Porque la gente que los estaba probando jugaba con toda la calma del mundo (lo cual me parece muy bien), y porque nada nos garantizaba que, una vez acabasen sus partidas, fuese nuestro turno.

Conclusión: después de dos horas dando vueltas nos fuimos.

No sé si fue mala suerte, el año pasado desde luego sí jugamos a muchas cosas, si bien no íbamos con casi ninguna expectativa concreta. Nos sentábamos donde había hueco, y adelante. Precisamente este año veníamos con la lección aprendida para aprovechar mejor el tiempo. No sirvió de nada.

Game On 2018
Stand de Scale 75. Boldo está detrás del cartel (no estuve muy acertado sacando la foto)

Hay varias soluciones a este problema:

  • Que haya más ejemplares de los juegos más demandados, que por lo general son novedades. Esto sería lo óptimo.
  • Que haya una lista en la web del evento para poder apuntarte a las partidas. Así sabrías si el juego va a estar disponible y a qué hora.
  • Que las partidas sean únicamente de demostración, de tal forma que nadie pueda probar un juego durante más de una hora (por ejemplo). No es lo ideal, pero al menos nadie se queda sin jugar.
  • Que los voluntarios gestionen el tiempo de juego. Ya sé que no se les puede pedir más, siendo voluntarios, pero… a lo mejor es que no tienen que ser voluntarios, sino personal dedicado.

Game On necesita aprender a crecer. Supongo que este año hubo más visitantes que el pasado, por ejemplo. Eso implica más infraestructura, más recursos, más de todo.

Lo que no puede ser es que alguien pague una entrada, que no es precisamente barata, y se quede sin jugar (ojo, que no estoy hablando de mí: yo tenía pase de prensa, pero me pongo en la piel del usuario habitual). No me vale la excusa de que se trate de un juego muy demandado, la hora punta, o lo que sea. Eso lo entendería en un evento gratuito, o si hubiese 5 ejemplares del juego en cuestión y todos estuviesen ocupados. Pero si pones sólo un ejemplar de cada juego, y ninguna norma para gestionarlo, pues… es lo que pasa. En la propia página del evento estaba anunciado el listado de juegos disponibles. Así que si vamos expresamente para probarlos, tienen que estar.

Un ejemplo de algo que el año pasado funcionó muy bien fueron los filler, juegos de aprendizaje rápido y partidas rápidas como el Gloom, que permiten una rotación de jugadores muy ágil. Este año vi pocos de ese tipo.

Otro contraejemplo: aunque no he jugado ninguna partida de rol en el Game On 2018, sí vi cómo se jugaban varias. Estoy convencido de que los DJ que las llevaban necesitarían un mínimo de preparación: contar con un número determinado de jugadores y con una partida ágil, que se pueda explicar y jugar en unas pocas horas. Con un horario, vamos. Si eso funcionó (estoy seguro de ello), ¿por qué no funciona con los juegos de tablero?

Lo digo a modo de crítica constructiva: creo que la organización del Game On 2018 tiene que hacer un ejercicio de reflexión y darle una vuelta al planteamiento general. De repetir el modelo, el evento debería ser gratuito (para lo que no es juego organizado). Y si no va a serlo, entonces hace falta cambiar el modelo y asegurar que todo el que asista va a jugar a algo a lo que quiera jugar.

Porque, sinceramente, si me voy a gastar 15€ en una entrada para probar un juego, y un amigo gasta lo mismo… igual nos sale a cuenta gastarnos los 30€ en comprarnos directamente el juego, ¿no?

Game On 2018
Cantidad de juegos en la sala de prensa. Si estuviesen abajo, para disfrute del público…

Conclusión

Que no se me malinterprete, por favor. Creo que Game On 2018, como segunda edición del evento llamado a convertirse en el referente de los juegos de mesa en nuestro país, ha sido una cita ineludible para los fans. Me consta que hay quien se lo ha pasado en grande, y aplaudo el esfuerzo organizativo y de los voluntarios.

Las bases ya están. Son firmes.

Pero el evento tiene que evolucionar. Tiene que crecer, y hacerlo con cabeza, pensando en el público. Sinceramente, si no percibo un cambio sustancial en la organización de la tercera edición, dudo mucho que vaya a asistir, porque no tengo ganas de ir otra vez a echar la mañana sin hacer nada más que saludar gente. Pero bueno, no me hagáis mucho caso, ya sabéis que estoy viejo para esto.

4 comentarios en “Game On 2018, o la necesidad de aprender a crecer”

    1. Mauricio Amado

      Byor como me contacto contigo? una pregunta: El inquisidor Eisenhorn lo puedo llevar en un ejercito de la Deathwatch? o Dark Angels?

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