La Taberna de Brottor: última oportunidad

Se acaba el año, y yo, como tanta gente, aprovecho para hacer repaso de lo que ha acontecido. Revisar las cosas y darle un cambio de rumbo a aquello que lo necesita… o abandonar el camino, si es la mejor elección.

Porque la realidad es la que es: los años pasan, el tiempo cada vez cunde menos, los objetivos cambian, las fuerzas decrecen, y todo cuesta más (en todos los sentidos). Ya estoy viejo para esto, así se llama esta sección… desde hace 8 largos años.

Pero vamos por partes, lo primero es poneros en antecedentes: quiero explicaros el recorrido que ha tenido esta web, el por qué de algunas decisiones, y el punto en que estoy ahora mismo.

Breve historia de la Taberna de Brottor

Marzo de 2016. Emprendo la aventura de tener mi propio blog. El objetivo inicial era tener mi sitio en la web, sin depender de redes sociales ni otras plataformas: mi propio dominio, en el que publicar lo que me dé la gana. Hablando de juegos de rol, de mesa, warhammer, películas, series… de frikadas, en definitiva.

Un segundo objetivo era el de conseguir una audiencia para así poder dar a conocer mis libros. En aquel momento sólo tenía en mente las dos primeras novelas que he publicado (y cuyo detalle podéis ver aquí). Dos novelas históricas, para ser exactos. Así que lo más lógico era hablar, también, de literatura e historia. Y por eso empecé a publicar contenido que, a priori, poco o nada tenía que ver con la intención original del blog.

Fue por ello que, con el tiempo, decidí adquirir un segundo dominio en el que publicar estos artículos. Y, por si no lo sabéis, este dominio es alejandrofernandezmonte.com. Os invito a echarle un vistazo si aún no lo habéis hecho.

Sin embargo, había un tercer objetivo, un objetivo a medio-largo plazo: monetizar la web, consiguiendo un ingreso adicional.

Para ello probé varias estrategias: primero, la venta de listas para wh40k. Una idea que hoy nos puede parecer absurda, pero que, hablando de los oscuros y lejanos tiempos de 6ª o 7ª edición, tenía bastante sentido. De hecho, algunos usuarios hicieron uso de este servicio, y me consta que quedaron muy satisfechos. Pero los tiempos cambian, y no tardé mucho en desecharlo.

Después, la venta de infoproductos, en este caso las guías de juego de wh40k. Éstas sí que fueron un éxito. Vendí bastantes, y todavía a día de hoy hay quien me pide que las siga vendiendo. Lo cual me satisface muchísimo, porque significa que fueron muy útiles para los lectores. Sin embargo, requerían de un esfuerzo excesivo por mi parte para estar al día. Si no iba a poder mantenerlas actualizadas, estaría engañando a los lectores. Así que terminé cerrando esa posibilidad también.

Hubo un intento de hacer algo más recurrente, vendiendo unas membresías que darían acceso a artículos cerrados sólo para suscriptores, así como facilitándoles todas mis publicaciones (guías, novelas…) en formato digital. Conseguí tener unos cuantos suscriptores pero, de nuevo, la falta de periodicidad en las publicaciones por mi parte supuso que abandonase esa idea.

La vida me impidió mantener la constancia deseada: el curro «de verdad» y las obligaciones familiares me atropellaron. No sólo para publicar sino, sobre todo, para jugar. Empecé a pasar largos periodos sin publicar nada.

Y entonces ocurrió: llegó una denuncia por utilizar material con derechos de autor. Y mira que siempre he tenido un cuidado tremendo con esto, pero efectivamente utilicé una imagen con copyright sin darme cuenta: una absurda taza de café con un dibujo sonriente en la espuma. Resulta que hay agencias dedicadas a cazar estas cosas. Por suerte, pude negociar con dicha agencia (el precio que pedían era desorbitado), reducir la multa y evitar la denuncia.

Pero el golpe fue duro. No sólo no monetizo el blog, sino que encima pierdo dinero. Por no hablar del coste de dominio y de hosting anual, del que hablaré después.

Así que aprendí la lección y me dispuse a eliminar todas las imágenes que podrían parecer susceptibles de tener derechos de autor. Fui uno por uno revisando todos los artículos (estoy hablando de más de 200) y mirando las imágenes (más de 1000). Para que no me volviera a pasar.

Pues me volvió a pasar.

Otra imagen absurda, en esta ocasión de Charlton Heston levantando un rifle. Por algún motivo, al repasar las imágenes di por hecho que ésa no tendría derechos asociados. Los tenía. Eso fue a comienzos de este año.

Me vine muy muy abajo.

Lo lógico y natural habría sido tirar la toalla. A la mierda el blog, y a otra cosa mariposa.

Estuve a punto de hacerlo. Y si no lo hice fue por la gran cantidad de gente que me ha dicho lo mucho que le gustaba esta página, y cómo en muchos casos han conocido La Voz de Horus y/o Warhammer gracias a ésta. Fue, en definitiva, por la gente que me ha dado las gracias.

También me daría bastante rabia tirar a la basura tantos años de esfuerzo, no sólo por mi parte, sino también por parte de mis colaboradores, a los que tengo que volver a dar las gracias por su ayuda desinteresada. Muy especialmente quiero destacar a mi amigo Prosciutto, que ha escrito 13 artículos.

Así que me he entregado a la ingrata tarea de volver a repasar uno por uno todos los artículos y todas las imágenes subidas. Esta vez de forma mucho más concienzuda y sin dejar posibilidad de error. Quedándome sólo con las que tuviese el 100% de seguridad de que no están sujetas a derechos de autor, bien por ser mías (o de mis colaboradores), bien por estar publicadas con una licencia de creative commons (en cuyo caso está indicada en el pie de cada ilustración), o porque ya está permitida su publicación por defecto, como es el caso de las imágenes de Games Workshop si no se modifican, o las de videojuegos, películas, etc., dentro del contexto de una crítica.

Repito: casi 300 artículos y más de 1000 imágenes. Me quería morir.

Eso sí, he aprovechado para cambiar el tema del blog por uno más ligero, seguro y moderno. Y para eliminar mucha de la paja que tenía por ahí. Limpieza de imágenes, velocidad de subida… puestos a limpiar, hacemos las cosas bien.

Escenario actual

La dura realidad es que no puedo ni quiero seguir como hasta ahora. Estoy pagando 216€ al año por el hosting, + 18€ por dominio.

Así que me he visto en la necesidad de recurrir a algo que, inicialmente, no quería contemplar. Pero no me queda más remedio: publicidad en la web. Es por ello que ya estáis viendo anuncios al entrar en la Taberna.

También hay que señalar que me ha costado mucho recuperarme del varapalo. Moralmente ha sido duro. De forma inevitable, ha hecho que perdiese la ilusión que tenía al principio. Si a eso le sumamos que ya no juego tanto como me gustaría, lo que hace que me resulte mucho más difícil publicar contenido, he llegado a un punto en que no sé si me merece la pena el esfuerzo de seguir con este blog. Lo que me pide el cuerpo es seguir escribiendo, pero dedicar el escaso tiempo que tengo a mis novelas.

Pero como he dicho antes, tirar la toalla no es mi estilo.

Así que me voy a dar un ultimátum. Pero prefiero contarlo, como siempre, con un trasfondo de frikismo.

El vuelo de los dragones

¿Habéis visto la película El vuelo de los dragones? Ya os hablé brevemente en este artículo. Está basada en la novela del mismo nombre de Peter Dickinson, que a su vez se basa en la novela El dragón y el Jorge (que obviamente se basa en la famosa leyenda de San Jorge de la que ya hablaré en otro momento), de Gordon R. Dickson. Se publicó en 1982, y llegó a mi infantil retina en formato de vídeo Beta. Y creo que a partir de ahí empecé a ser lo que soy.

En esta película se plantea un escenario en el que los magos, regentes de los distintos reinos de la magia, están viendo cómo sus poderes se están viendo paulatinamente mermados. «La magia» está muriendo, llevada por el escepticismo de la gente, que ha dejado de creer en ella. Así que Carolinus, el mago de la naturaleza (representado por su color verde) reúne a sus hermanos para unificar fuerzas y crear el último reino de la magia. Una especie de retiro mágico en el que puedan vivir todas las criaturas de los diversos reinos. Sus hermanos, regentes del aire (color azul) y del mar (amarillo), cuyos nombres no recuerdo, están de acuerdo. Pero Ommadon (cuya voz, por cierto, la pone James Earl Jones), el mago rojo de la guerra, al contrario que el resto, ha visto cómo sus poderes han crecido, y prepara el conflicto contra ellos.

Como los tres magos no tienen poder suficiente para hacerle frente a Ommadon, deciden traer de otro plano a alguien que puede salvarles gracias a sus conocimientos científicos, pero que al mismo tiempo es un soñador: Peter Dickenson (aquí el autor se rompió los cuernos para pensar el nombre), que se embarcará en una aventura junto con un grupo de PJs, que incluye al dragón Golpezás, al caballero Sir Orin Neville Smythe, al huargo Aragh y a la cazadora Danielle, para recuperar la corona roja de Ommadon y poner fin al conflicto.

¿Por qué te cuento todo esto? Pues en parte por añoranza, pero sobre todo porque veo el paralelismo entre una nueva y definitiva etapa en el mundo mágico… y en mi blog.

El plan de los magos no es exactamente un retiro, sino una última oportunidad de seguir haciendo magia. Una concentración de fuerzas para que la cosa siga adelante. Ellos lo llaman…

El último reino de la magia

O dicho de otro modo, la última oportunidad para la Taberna de Brottor.

La cosa es la siguiente: voy a aguantar un año más. Y en ese año voy a darlo todo para que el blog sea lo que tiene que ser: un sitio útil para los lectores, con contenido interesante y una periodicidad adecuada. Voy a dar lo mejor de mí, y estoy seguro de que voy a conseguirlo.

Los objetivos son los siguientes:

1- Que los ingresos por publicidad sean suficientes como para cubrir mis gastos. No es que sean unos gastos excesivos, pero no puedo ni quiero seguir perdiendo dinero.

2- Conseguir ilusionarme de nuevo. Seguir escribiendo acerca de lo que me gusta intentando aportar valor a los lectores. Y eso implica también una periodicidad que sí conseguí en su día, y que debo volver a conseguir. Al menos un artículo a la semana.

Si pasado el año no consigo estos objetivos, lo más probable es que no renueve, y cierre el blog.

Por supuesto, para conseguirlo necesito vuestra ayuda.

¿Qué puedes hacer por la Taberna?

Es fácil: necesito que me digas qué quieres encontrar en este blog. Qué te gusta y qué no. En qué te he ayudado, o qué es lo que te ha gustado leer.

Tengo algunas ideas de contenido que creo que va a llevarme mucho trabajo, pero va a merecer la pena. Sin embargo, estas ideas no sirven de nada si no son del gusto de los lectores. Vuestra opinión es lo que cuenta.

Así que, por favor, rellena la siguiente encuesta. Es completamente anónima y te llevará menos de un minuto. Y a mí me ayudarás muchísimo. Gracias de antemano.

ENCUESTA DE LA TABERNA DE BROTTOR

Voy a dejar de tiempo hasta el 1 de Enero, pero para que no se te olvide, por favor, ¡hazlo ya! Publicaré los resultados en la primera semana del año.

Ya sé que estoy demasiado viejo para esto, pero todavía puedo dar un poco más de guerra. Veamos qué sale de todo esto.

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