Debo reconocer que el concepto de Pandemia era algo que no me atraía nada al principio. Probablemente porque me parece una temática demasiado seria como para andar jugando con ella. Pero me lo habían puesto muy bien y decidí darle una oportunidad.
Éstas son mis impresiones.
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Estallido
¿Habéis visto esta película? Para el que no la conozca, narra la lucha de un científico y su equipo por encontrar la cura a un virus parecido al ébola, para lo que necesitan capturar al paciente cero, un mono portador del mismo.
El ejemplo viene que ni pintado, porque Pandemia es el juego de los estallidos. Pero para entender esto primero debo comentar la mecánica.
Es simple: hay cuatro virus que ya al comienzo de la partida empiezan notablemente extendidos por toda la geografía mundial. Centrados, eso sí, por continentes (más o menos), de tal forma que al menos no se encuentran entremezclados.
Los jugadores representan a un especialista con una habilidad especial (por ejemplo crear centros de investigación en cualquier parte) y otra transversal a todos: eliminar un contador de virus de la localización en que se encuentre.
El objetivo no es erradicar los virus, sino encontrar la cura de los cuatro antes de que se acumulen demasiados estallidos víricos, que se dan cuando en una misma localización hay demasiados marcadores de un virus: en este caso en lugar de colocar un nuevo marcador en la localización correspondiente, se coloca en todas las localizaciones adyacentes (lo que puede dar lugar a nuevos estallidos si dicha región ya estaba a punto de caramelo).
Es posible erradicar un virus: para ello hay que encontrar la cura y limpiar todos sus marcadores. Si se consigue, los jugadores podrán respirar tranquilos en lo que se refiere al mismo. Pero no resulta nada trivial, porque para conseguir una cura un mismo jugador debe acumular varias cartas de localización y usarlas en un centro de investigación. Para esto se necesita tiempo, que es justo lo que los personajes no tienen.
La clave del tema son las cartas de localización en las que van apareciendo los distintos focos de infección. Y es que van a ser siempre las mismas, ya que con cada epidemia se rebarajan esas cartas volviendo a colocarse en lo alto del mazo, es decir, podemos saber dónde van a volver a aparecer virus, con el consiguiente peligro.
Por ejemplo, si ya ha aparecido la carta de Atlanta tendremos uno o varios marcadores de virus en dicha zona. Si no los hemos limpiado y ocurre una epidemia, es cuestión de poco tiempo que vuelva a aparecer dicha carta, rellenando de contadores dicha localización. Y si se acumulan los suficientes… ¡bum!
Si ocurre un número determinado de estallidos… pierdes. Si se acaban los marcadores de uno de los virus… pierdes. Y si se acaban las cartas de los jugadores… pierdes.
Así que los esforzados científicos van a librar una lucha contra el tiempo en la que deben utilizar sus habilidades especiales con la limpieza de los contadores de virus, buscando encontrar la cura a los cuatro virus antes de que todo estalle.
Se trata, por tanto, de un eurogame cooperativo. Muy ágil (una partida dura menos de una hora), muy sencillo de jugar pero al mismo tiempo muy difícil, ya que sólo la óptima acción conjunta de los distintos personajes podrá conseguir el objetivo a tiempo.
La experiencia final es muy buena. Aunque no sea más que un tablero, unas cartas de localización y varios cubiletes de colores representando a los virus, y la mecánica no deje de ser una aplicación matemática de probabilidades de expansión, realmente tienes la sensación de estar luchando contra las enfermedades que amenazan con acabar con la humanidad.
Sin embargo, también diré que la dificultad de victoria me ha parecido excesiva. Tras jugar tres partidas, estando en una de ellas realmente cerca de conseguirlo (teníamos ya descubiertas tres curas de las cuatro necesarias), la situación estalla cuando menos te lo esperas. En realidad sí que te lo esperas, y eso es lo peor, que sabes que va a pasar pero no te da tiempo a evitarlo. Tres derrotas que me dejan con la duda de si es posible ganar en este juego, aunque los amigos con los que jugué me confirmaron que sí se puede.
Expansiones del Pandemia
Como suele ocurrir con los juegos que tienen éxito, existen varias expansiones. La verdad es que el juego no las necesita, pero resulta muy sencillo de ampliar: nuevos personajes y alguna mecánica nueva que incremente el nivel de desafío (como si ya fuese poco el estándar). Hasta la fecha existen las siguientes:
Al límite
Que trae tres desafíos independientes:
- Cepa virulenta: sin cambiar la mecánica básica, complica todo un poco más: trae las temidas cartas rojas de epidemia, que sustituyen a las verdes originales y son bastante más cabronas.
- Mutación: otro escalón de dificultad, un quinto virus que no es sino una mutación de uno de los cuatro virus principales… y que por supuesto también habrá que curar.
- Bioterrorista: la clásica variante de traidor en el grupo, aunque no es un rol oculto, sino que simplemente un jugador compite contra el resto.
En el laboratorio
Un sólo desafío nuevo. Trae un tablero a añadir al básico, que representa el trabajo en un laboratorio. La «gracia» es que introduce una mecánica algo más compleja para encontrar las curas de las enfermedades. O sea, si ya era difícil antes, pues ahora los personajes necesitan más tiempo (que es justo lo que no tienen).
Estados de emergencia
Que de nuevo incluye tres desafíos extra:
- Propagación animal: otro desafío con tablero propio, que representa las zonas en que los cuatro virus se propagan utilizando animales. Las vacas locas europeas, la gripe aviar, la peste porcina y el ébola propagado por monos africanos. Son más zonas y por tanto más trabajo, pero también una pequeña ayuda, ya que se pueden intercambiar cartas sólo por el color, y no necesariamente con el criterio de localización.
- Eventos de emergencia: pues eso, nuevos eventos que añaden un extra de dificultad.
- Supervirus: trae cartas de ayuda, pero que son necesarias porque la cosa se dificulta notablemente con la introducción de un virus que no se puede curar.
Yo no las he probado, pero os recomiendo este artículo de un jugón que las analiza en detalle.
Lo mejor de Pandemia
- De una sencillez genial, se aprenden las reglas en menos de 5 minutos, lo que no impide que el nivel de dificultad sea alto.
- Adictivo y corto. No lo veo como un filler, pero tampoco nos va a ocupar media tarde.
- La sensación de agobio, que es de lo que se trata.
Lo peor de Pandemia
- La sensación de agobio, sobre todo tras perder tres partidas seguidas.
- Una aleatoriedad elevada. El reparto de personajes, la salida de las epidemias y la infección de los territorios. Demasiados elementos, realmente creo que por muy bien que juegues hay muchas partidas que no se pueden ganar.
- El precio. Para ser un tablero, dos mazos de cartas y varios contadores de virus, creo que debería costar menos.
Conclusión
Pandemia me ha dejado una grata sensación, ha sido un gran descubrimiento. No va a convertirse en mi juego favorito, pero desde luego sí estaré encantado de echar una partida de vez en cuando. Os recomiendo que le deis una oportunidad y lo probéis.