El buen rollo de los torneos

Este fin de semana he vuelto a ver una de esas muestras tóxicas que se ven en X/Twitter. Habitualmente me mantengo ajeno a estas polémicas, pero dado que esta vez está muy centrada en éste nuestro querido hobby, y que además toca directamente a una persona a la que aprecio y que ha hecho (y sigue haciendo) muchísimo por los demás de una forma completamente altruista, creo que sería muy cobarde y cómodo por mi parte quedarme callado.

Así que voy a mojarme.

Vaya por delante que este artículo no va en contra de nadie, sino que más bien es un llamamiento a la calma, al buen rollo que nos caracteriza y al disfrute sano de nuestro hobby.

Torneos

Los torneos no son para todos. Y no pasa nada.

Os voy a contar una cosa: al principio, le tenía una aversión brutal a los torneos. Yo era el típico que creía que la gente iba a los torneos con el cuchillo en la boca, y por eso me limitaba a mi grupo de juego habitual. Porque además, para mí, jugar a wh40k (o al rol, o a los juegos de mesa) era además un acto social: quedaba con mis amigos, y de paso me lo pasaba bien; o al revés, quedaba para jugar, y de paso veía a mis amigos.

Pero entonces descubrí que estaba muy equivocado.

Ir a un torneo es una experiencia fantástica, por los siguientes motivos:

  • Sales de tu zona de confort, lo que te obliga a mejorar tu juego. A mí esto me parece fantástico, porque soy un jugador al que le gusta verse siempre a prueba. Es un sentimiento muy deportivo: cuanto mejor es tu adversario, más dulce es la victoria, o menos amarga es la derrota. Y más aprendes para la próxima.
  • Juegas contra facciones con las que habitualmente no puedes, porque no están presentes dentro de tu grupo de juego habitual. O sea, que disfrutas más la variedad del juego.
  • Conoces a gente fantástica que tiene tus mismos gustos. En un torneo no sólo juegas, también comes, bebes, comentas en la postpartida, hablas de las últimas novedades o chismorreos en el hobby… En definitiva, sociabilizas un poco. Y haces amigos, que probablemente volverás a ver en otros torneos.
  • Como valor añadido, ya que vas a mostrar tu ejército (y probablemente como requisito del propio torneo), te fuerzas a que tus miniaturas tengan el mejor aspecto posible: las pintas o repintas, las reparas, trabajas las peanas, las conversionas… lo que sea, pero intentas que sean dignas.
  • Y por supuesto, te lo pasas bien jugando. Si el torneo está bien montado, en mesas de calidad. Y si tu oponente ha puesto el mismo esmero que tú en su ejército, contra miniaturas pintadas y que da gusto verlas.

Naturalmente, cuando juntas a mucha gente siempre hay de todo: habrá jugadores más desagradables o con los que te lleves peor, y habrá alguno que vaya con el cuchillo entre los dientes, no digo que no. Pero en general la comunidad de jugadores de wh40k es bastante sana.

Todo esto está muy bien, pero ¿sabéis lo que hace falta para poder ir a un torneo?

Alguien que lo organice.

Los organizadores de torneos

Organizar un torneo debe ser una tarea agotadora. Y digo «debe» porque no lo he probado en mis carnes, pero estoy casi seguro de que es así. Hay que montar las mesas, redactar las bases, conseguir todo el material, recaudar fondos (porque las cosas no son gratis, aunque nos lo parezca, y siempre hay gastos que afrontar… que obviamente nunca debería sufragar el organizador), arbitrar disputas durante las partidas, y un largo etcétera. Muchas veces los organizadores lo hacen por amor al arte: encima de no poder jugar a su juego favorito, se esmeran en que los jugadores lo disfruten, porque al final de eso es de lo que se trata.

Es un trabajo poco agradecido, en general.

Aquí entra la primera parte de la polémica. Porque siempre que se habla de un torneo, sobre todo por parte de gente que no suele ir, salen las críticas.

Que si este torneo es para recaudar pasta, que si mira qué tiquismiquis que son con la representación de miniaturas, que si vaya precio cobran por participar (¿por qué no es gratis?), que si mira qué normas más estúpidas, que si este torneo no es oficial (¿oficial? ¿eso qué quiere decir?), que si no me dejan llevar volkites del chino…

A ver, yo soy el primero que si algo no me gusta, lo digo. Y me pongo de ejemplo: en la última edición del GT de Talavera, la organización decidió que sólo podría ir una lista de marines espaciales (se entiende leales) por equipo. En mi opinión se han equivocado, y lo digo públicamente.

¿Y qué? Eso no significa que no hagan una grandísima labor. Es el mejor torneo del mundo y no me lo voy a perder mientras pueda. Que yo no esté de acuerdo con una norma no me da derecho a echar mierda ni sobre el torneo ni sobre los organizaciones. Se puede opinar libremente, como yo acabo de hacerlo, y siempre desde el respeto y una intención constructiva, sin entrar en descalificaciones o acusaciones sin fundamento.

Lo que yo tengo muy claro es que si un torneo no te gusta, pues no vayas, que nadie te obliga. Pero no te dediques a desprestigiarlo y, mucho menos, a desprestigiar al organizador.

Si yo organizo un torneo, es mi torneo y me lo f… hago con él lo que me dé la gana, ¡faltaría más! Y si yo decido en las bases que el requisito es que todo el mundo venga con una camiseta rosa, pues mis motivos tendré, lo tomas o lo dejas, y si no te gusta, lo siento, pero de verdad, no vengas más, que insisto, nadie te obliga.

Generalmente un torneo no se organiza para ganar pasta, pero si así fuese, ¿qué problema hay? ¿Dónde está el engaño? ¿Por qué vemos como algo malo querer ganar dinero con nuestro esfuerzo, a cambio de un servicio que se da a otros? Muchos torneos se organizan en tiendas, entre otras cosas porque tienen la infraestructura (espacio para mesas, escenografía suficiente…), pero también, por supuesto, porque viene bien para su negocio. Los jugadores necesitan miniaturas para jugar, y si tienen que ir pintadas, también material de pintura, claro. ¿Dónde lo van a comprar? En su tienda habitual. Los jugadores también necesitan mesas y escenografía que puede que no tengan en sus casas, y necesitan alguien con quien jugar, que no siempre es tan sencillo tener amigos con las mismas aficiones. Así, la tienda organiza el evento, y los beneficios son para todos.

Un torneo en GTS norte (foto publicada en el Facebook de GTS norte): https://www.facebook.com/GTSMadridNorte

El torneo de GTS norte

No suelo dar nombres, pero en este caso voy a hacer una excepción.

La organizadora de los torneos de wh40k en GTS (Goblin Trader Store) norte suele ser Mina. Que trabaja allí, claro.

Me consta que lo hace por amor al arte: ella en particular no se lleva un duro de los torneos (aunque, como dije antes, si lo hiciese me parecería fantástico). La tienda tampoco se lleva nada directamente. Indirectamente sí, claro, para eso lo hacen, para que pases por la tienda, y ya que estás, te compres algo. Perfectamente legítimo todo, y nada criticable.

Pero es que además ha organizado torneos benéficos. Por ejemplo, organizó uno sólo para chicas, para animar a las jugadoras a verse en entornos competitivos seguros y que vayan perdiendo el miedo. También ha organizado al menos uno (puede que más) con el objetivo de recaudar fondos para una protectora de animales.

Encima, se lo curra bastante: las mesas están bien colocadas, los jugadores tienen desayuno incluido… cosas así.

En general hay muy buen rollo.

Por eso me molesta especialmente que le lluevan críticas por gilipolleces. Como he dicho muchas veces, opinar en internet no debería ser gratis.

Vale, ¿a qué viene todo esto?

Después de todo este rollo, voy a intentar poneros en contexto, si es que aún no os habéis enterado.

Resulta que un jugador de wh40k que iba a ir a un torneo de GTS norte se ha quejado por Twitter/X de que la organización (Mina) no le deja llevar un dreadnought contemptor como proxy de un bruto infernal.

Y resulta que este jugador tiene más de 10k seguidores.

Un gran poder conlleva una gran responsabilidad. 10k seguidores en Twitter/X son muchos, y más dentro de un nicho tan pequeño como es Warhammer. ¡Ya me gustaría a mí tenerlos! Yo no llego ni a mil.

Claro, ha habido opiniones de todo tipo. Entre otras, de la propia Mina, que ha matizado los detalles de dicha decisión (y no tendría por qué hacerlo, porque su decisión, además de coherente, debería ser incuestionable). El problema es que, como dije antes, una cosa es opinar con respeto, y otra echar mierda al aire y encender el ventilador. Algunos se han creído con derecho a pasarse de la ralla.

Tengo que decir a favor de este jugador que se ha apresurado a pedir que no haya descalificaciones ni insultos.

Pero el daño ya está hecho, y es un daño doble: a la propia Mina, que ha tenido que defenderse en redes sociales (sin haber hecho nada malo), con todo el desgaste que eso supone; y al propio hobby y entorno de torneos, ya que mucha gente asocia estas discusiones tóxicas con un mal rollo que en absoluto es característico de este ambiente.

Por eso mismo, hay que tener un poco de cuidado con lo que publicas. Porque puedes hacer daño a gente que también pone su granito de arena para hacer crecer este hobby.

De nuevo me pongo como ejemplo (el que esté libre de pecado que tire la primera piedra): hace unos años publiqué un artículo muy desafortunado, un artículo de opinión que, sin intención de herir a nadie, hizo daño. Rectificar es de sabios: eliminé el artículo, pedí disculpas y aprendí del error. Probablemente vuelva a cometerlo, pero desde entonces tengo mucho más cuidado con lo que publico.

Conclusión

El objetivo de este artículo no es echar leña al fuego. No es necesario que ahora vayáis a Twitter/X a buscar este asunto, ni a comentar a lo loco. Más bien al contrario. Como dije al comienzo, éste no es un artículo contra nadie. Es un recordatorio de que, en general, en los torneos (y más en los que organiza Mina) lo que suele haber es buen rollo.

El mundo de los torneos no es para todos. Y no pasa nada. De lo que se trata es de respetar a todo el mundo. Si no juegas torneos, o no te gusta la forma de gestionarlos por parte de los organizadores, no vayas y punto. Y si te gustan y vas, acepta las normas y colabora, y opina libremente si no estás de acuerdo con algo, pero siempre de forma constructiva y con respeto.

Juega y deja jugar.

Este hobby es muy grande y muy bonito como para que dejemos que se estropee por cosas que no merecen la pena. Por favor, antes de opinar a la ligera en redes sociales, piensa si tu comentario realmente aporta algo o si, por el contrario, está sirviendo para hacerle daño a alguien.

En otros tiempos yo habría sido de los que acude a las redes sociales con la antorcha en la mano a escupir bilis. Pero afortunadamente creo que ya estoy viejo para eso.

83 comentarios en “El buen rollo de los torneos”

  1. No sé nada del tema. Pero yo un dreadnought contemptor mientras me respete las armas y la peana del hellbrute no le pondría ninguna pega. Ni por trasfondo ni por competitividad.

    Vuelvo a repetir que no sé nada del tema. Pero me da la sensación de que el veto es más por tema de «cómprate el hellbrute de plástico» (por 40 euros, por si es de resina de impresora).

  2. Conozco el tema, conozco (poco) a Mina y estoy de acuerdo contigo en casa línea que has escrito. Claro, conciso y responsable

  3. Ramón López

    Pues muy de acuerdo contigo.
    Y en el caso del que hablas no me aguanto sin un comentario.
    Para una partida (amistosa o competitiva) me da igual que pongas una lata de Coca-Cola y digas que es un Avatar de Khaine, en serio, no me molesta creo que quieres probar cosas y comprarte un Avatar, montar y pintarlo sólo para ver si encaja en tu juego me parece una aberración.
    Ahora, en un Torneo (yo sólo jugué Torneos de Blood) que desde que llevas tres partidas tu cabeza únicamente pide descanso, obligarle a que además de las normas, las jugadas propias, las jugadas contrarias, … tenga que recordar si ese enano con hacha realmente es un asesino skaven con doble cuchilla es terrible!!!!

    Y creo que que todos los que les ha masado estarán de acuerdo conmigo.

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