Los 80 fueron una década que nos trajo muchísimas cosas que nos han marcado. No sólo malas, como el desastre de Chernóbil, el sida o la explosión del Challenger. También nos trajo cosas buenas, y entre ellas infinidad de eventos culturales que han definido en buena parte lo que somos hoy en día. El auge y asentamiento de los videojuegos, Guns N Roses, El Retorno del Jedi, los juegos de rol… sí, ya sé que D&D viene de antes, como decía aquí, pero a España llegaron en los 80.
Y otra cosa que trajo la década de los 80 fue el Spectrum. Precisamente a lo largo de este mes se celebra el 35 aniversario de su creación.
Hay gente con algunos años a sus espaldas que saca pecho afirmando «yo fui a EGB», como testigo de que vivió (y sobrevivió a) esa época. Para mí eso no es suficiente, yo voy un paso más allá y digo que…
Yo tengo un Spectrum
De hecho tengo dos: un 128k +2 (el que venía con casete incorporada) y un 48k (el de teclado de goma, como el de la foto). Y digo tengo y no tuve porque ahí están, al fondo del armario; hace años que no los uso, pero no pienso deshacerme de ellos.
Pero antes de entrar a hablar de otras cosas, entiendo que no todos mis lectores saben de lo que estoy hablando, así que voy a intentar arrojar algo de luz.
¿Qué es un Spectrum?
Es el ordenador personal más popular de la década de los 80. Que nadie se me enfade, ya sé que había otros como el Amstrad, Commodore o MSX, que también gozaron de gran propularidad y, técnicamente, eran mejores. Pero el Spectrum fue el más popular porque se vendió más gracias a su relación calidad-precio, y porque como suele ocurrir, ante la disponibilidad de varias tecnologías no siempre gana la mejor (tecnológicamente hablando) sino más bien la que acapara mayor número de usuarios. Si mi amigo Fulano tiene un Spectrum, ¿por qué iba yo a comprarme un Amstrad?
El Spectrum es un ordenador de 8 bits, con un microprocesador Zilog Z80 a 4 MHz. Su rango de memorias fue desde los 16k en los primeros modelos hasta los 128k en los últimos. Carecía de disco duro, por lo que la carga de los programas en RAM tenía que hacerse desde dispositivos externos: cintas de casete, discos flexibles (para el modelo +3) y cartuchos compatibles con determinados periféricos. Su sistema operativo estaba basado en BASIC.
La vida útil del Spectrum duró desde su salida en 1982 hasta la retirada del mercado en 1992, cuando se popularizaron los ordenadores de 16 y 32 bits. 10 años pueden parecer poco, pero si hablamos de tecnología y de su avance vertiginoso podemos hacernos una idea de la importancia que tuvo el Spectrum. En ese intervalo el software desarrollado (tanto profesional como amateur) fue ingente. Aunque en su mayoría fueron videojuegos, sobre todo hacia al final del ciclo, también se cuenta con programas de todo tipo en su catálogo: lenguajes de programación, de diseño gráfico, bases de datos, procesadores de texto…
Todo esto fue posible gracias a la obra de un genio.
Un genio llamado sir Clive Sinclair
No voy a extenderme demasiado en la biografía de sir Clive, para eso está la Wikipedia. Baste decir que mr Sinclair es un inventor británico con multitud de logros tecnológicos en su haber, aunque no sea demasiado conocido para el populacho.
Fue el inventor de la primera calculadora electrónica de bolsillo, de un coche eléctrico (¡en 1985!) y de una bicicleta plegable, entre otras muchas cosas, incluyendo por supuesto el Spectrum.
Su aspecto de genio despistado con sus sempiternas gafas y amplia frente rebosante de ideas va indiscutiblemente ligada a su creación más popular. En un artículo como éste no podía dejar de tener su pequeño homenaje.
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Hablemos de lo que realmente nos impactó a la mayoría de nosotros: los videojuegos. Porque si algo supuso el Spectrum para los adolescentes de mi generación fue el primer contacto con lo que a la postre se convertiría en el principal mercado del entretenimiento mundial.
Y menudo primer contacto, amigos. No, no hablo de brillantes gráficos en 3D con una resolución mareante como la de hoy en día. Hablo de juegos cargados de imaginación e ilusión. Cargados de dinamismo, de argumento, de emoción. La prueba palpable de que lo que hace falta para crear algo épico no son medios técnicos, sino talento.
Un juego no es divertido/entretenido porque tenga grandes gráficos o sonido envolvente (aunque sin duda eso ayuda), sino porque engancha, porque nos transporta a otro mundo, nos provoca unas sensaciones y nos hace sentir como el héroe que vemos en la pantalla y al que controlamos con 4 teclas, aunque tan sólo veamos un sprite bicolor dando saltos.
¿Por dónde demonios empiezo a hablar de los juegos del Spectrum? Esa década fue tan jodidamente prolífica que sería injusto si no hiciese un repaso que no puedo ni debo hacer, por la extensión que implicaría y porque no es el objetivo de este artículo. Pero lo que sí puedo hacer es hablar de mis favoritos.
Y para mí resulta obligado empezar por lo que se cocía en los sótanos de la «mansión Dinamic».
Dinamic
Todo empezó con el Yenght, una aventura conversacional (después hablaré de esto), y con el Artist, un programa de diseño gráfico, allá por el 1983.
El resto de éxitos de Dinamic no se haría esperar. La compañía que habían fundado los hermanos Ruíz sacó posteriormente el Saimazoom, y con él se abrió la caja de los truenos. Vendrían títulos tan legendarios como el Camelot Warriors, el Sgrízam, West Bank, las aventuras de Derdhal en Army y Navy Moves (no incluyo aquí el Arctic porque no salió para Spectrum y… bueno, porque no está a la altura de sus predecesores), Fernando Martín Basket Master, Míchel Futbol Master, Game Over, Phantomas (I y II, siendo mi favorito el segundo), Phantis, Dustin o el Freddy Hardest, del que incluso había un cómic bastante cachondo. Por mencionar tan sólo unos pocos de los que más me gustaban.
Otros juegos de compañías españolas
No pretendo menospreciar al resto, ni mucho menos, pero la realidad objetiva es que Dinamic fue la más importante en cuanto a títulos y éxito nacional e internacional. Sin embargo hubo otras que, junto con Dinamic, convirtieron a España en una potencia internacional del videojuego… aunque no lo creáis así fue, luego llegaron las máquinas más potentes y la supremacía de las videoconsolas, y la cosa cambió radicalmente. Así que es justo señalar las siguientes:
- Ópera soft: con títulos tan importantes como La abadía del crimen (versión no oficial de El nombre de la rosa), el mítico Livingstone supongo, Mot (basado en el cómic de Azpiri, del que también hablaré después), Sirwood o el Corsarios.
- Topo soft: de los que destaco el Viaje al centro de la tierra, Tuareg, o el Chicago’s 30.
- Made in Spain / Zigurat: con el legendario Sir Fred (espectacular la dinámica del balanceo del personaje en las cuerdas) y El misterio del Nilo (versión no oficial de La joya del Nilo).
Resto del mundo
Este artículo no pretende ser un tratado exhaustivo de videojuegos, sino un recuerdo personal de esa época dorada que tanto me influyó. Es por ello que he empezado por los títulos españoles que son a los que más he jugado, pero claro está que también tuve títulos épicos internacionales. Éste es un breve listado de mis favoritos:
- Batman y Batman – the movie, de Ocean: el primero seguro que lo habéis visto, un entorno en perspectiva que pretendía emular las 3D; confieso que no fue de mis favoritos porque me llegó a desesperar, pero tenía que mencionarlo. Y el segundo basado en la película del 89, sencillamente espectacular.
- Jetpac de Ultimate: no es que fuese un juegazo, pero por algún motivo llegué a jugar muchísimo.
- Darkman de Ocean: muy parecido al Batman – the movie del que hablaba antes, no en vano es la misma compañía y también se basa en una película de un personaje con ciertas similitudes con Batman. Juegazo.
- Pang: el mítico Pang de las recreativas. Pues sí, también hubo una versión para el Spectrum, y bastante buena por cierto.
- Robin of the wood de Odin Computer Graphics: genial la ambientación del bosque.
- Otros tres juegos que comentaré en la próxima sección.
Y he dejado para el final la joya de la corona:
- Arkanoid de Imagine.
Las horas que he dedicado jugando al Arkanoid fueron oro puro. En mi teclado de goma logré acabármelo, sin trucos, ni tokes, ni pokes, ni nada de nada. A base de puro vicio. Vaya si me costó… la primera vez que lo conseguí no podía creérmelo. Sí, he dicho la primera, porque después vendrían más. Lamentablemente es imposible demostrarlo… salvo si vuelvo a hacerlo y lo grabo con el móvil; me lo apunto como tarea pendiente. Si alguien cree que no es para tanto, lanzo desde aquí un desafío: ¿conocéis a alguien que se haya acabado el Arkanoid? ¡Pues yo sí lo he hecho! ¡Chúpate ésa Doh!
Aventuras conversacionales y primeros contactos
-Oye Brottor, que sí, que eres un abuelo, pero esto no me interesa una mierda. ¿Qué coño tiene que ver todo esto que estás contando con los juegos de rol o con warhammer? Yo ni había nacido antes de que perdieses el tiempo con tu querido Spectrum…
Pues todo, maldita sea, ¡todo!
Tampoco habías nacido cuando salieron El Señor de los Anillos o Star Wars (ni yo tampoco, por cierto, soy viejo pero no tanto) y bien que han influido en tu vida, ¿no?
Decía en el apartado anterior que no he comentado tres juegos, y lo he hecho porque están directamente relacionados con la temática principal de este blog. Son los siguientes:
- Heroes of the lance de Adventuresoft: mi primer contacto con los juegos de rol, aunque sea de forma indirecta (no deja de ser un videojuego). Aunque no fue un gran juego, lo recuerdo perfectamente porque estaba basado en las Crónicas de la Dragonlance, que inevitablemente van ligadas al D&D.
- Heroquest de Games Workshop: ya tenía el juego de tablero, pero el videojuego era otra cosa. Muy bueno, me hizo mucho más dinámico el juego en sí.
- Space Crusade de Imagitec Design: mi primer contacto con el universo wh40k, y en particular con mis queridos Ángeles Sangrientos. Juegazo. No tuve el de tablero, por desgracia, pero éste vino a cubrir esa carencia. Y vaya si la cubrió. Huelga decir la influencia que ejerció sobre mí.
Pero un comentario aparte lo merecen las aventuras conversacionales.
¿Que qué es una aventura conversacional? Ya en este artículo Klímtrax nos las presentaba como una continuación lógica (digital) de los librojuegos. Por entrar un poco más en detalle, se trata de juegos donde la principal componente es el argumento, con una interfaz capaz de interpretar instrucciones en «lenguaje coloquial» (ve al sur – coge la espada – mata al troll con la espada – ponte el anillo). Salvo rarísimas excepciones no va a haber animaciones, los únicos gráficos que veremos serán ilustraciones que intenten dar una idea del escenario y puede que de algún personaje. Y muchas, muchísimas descripciones en texto puro y duro.
Es muy significativo que el primer juego de Dinamic fuese una aventura conversacional, porque con el tiempo llegarían a ser un referente en este género en nuestro país, creando el sello Aventuras Dinamic, que finalmente se independizaría (y daría pie a la creación del CAAD – Club de Aventuras AD, del que también hablaré después). Entre sus maravillosos títulos estarían La aventura original, Don Quijote, El Jabato, o la trilogía de Cozumel (cuando hace unos años estuve en la Riviera Maya no podía dejar de recordar los buenos ratos pasados jugando a ésta).
Internacionalmente también hubo títulos míticos, aunque lamento decir que no los jugué porque mi dominio de la lengua de Shakespeare aún no estaba a la altura de las circunstancias. Sin embargo no puedo dejar de mencionar la aventura conversacional por excelencia: The Hobbit de Melbourne House, que estableció las bases porque además fue de las primeras, saliendo a la venta en el 82.
Las aventuras conversacionales cambiaron mi vida y mi modo de disfrutar con los juegos. Se abrió un mundo ante mí que acogí con los brazos abiertos. No hablo sólo de disfrutar jugando, sino también creando. Programando.
Yo fui de los afortunados que adquirieron el famoso PAWs (Professional Adventure Writing System), un parser (programa que se utiliza para diseñar aventuras conversacionales) que se popularizó gracias a la difusión que hizo Aventuras AD y a la colaboración de Andrés Samudio con la revista Microhobby.
Así, hice mis primeros pinitos como programador y llegué a hacer dos aventuras, Desierto y Purgafierno. Que no pasaron de mi cuarto, claro está. Aún me acuerdo de estar yendo a la playa mientras pensaba en cómo hacer que determinados personajes se comportasen de manera más inteligente, y deseando volver para ponerme con el teclado. Maldito freak…
El caso es que esa base es la que haría que cayese rendido de por vida a la magia de los juegos de rol. Así que sí, sin lugar a dudas, sin las aventuras conversacionales hoy no sería quien soy, no tendría este blog, y no estaría dándoos la chapa con estas líneas.
Otros aspectos relacionados con el ZX Spectrum
Este artículo no estaría completo sin hablar de otras dos cosas muy relacionadas con el Spectrum.
Microhobby
Ya la mencioné antes. Fue la revista de referencia en España en lo relativo al Spectrum. No fue la única, pero sí la más influyente. Con una tirada inicial semanal, que posteriormente se haría quincenal y finalmente mensual, llegó a alcanza los 217 números.
A partir de cierto número la revista incluía casetes con demos de juegos, incluso en algún caso con algún juego completo de libre distribución. Sin ir más lejos, parte del éxito del PAWs se debió a que incluyeron la aventura de prueba Supervivencia (El Firfurcio).
La revista incluía de todo un poco, desde cursos de programación hasta análisis de videojuegos, pasando por un consultorio para los lectores en el que, por cierto, participé en cierta ocasión, siendo mi primera «publicación».
Como consecuencia de su éxito la editorial HobbyPress sacaría también la revista Micromanía, centrada exclusivamente en los videojuegos y abarcando todas las paltaformas. Y posteriormente aparecería la conocida Hobby Consolas, que ha durado hasta nuestro días.
Lamentablemente yo llegué tarde, creo que hacia el número 113. Eso sí, desde aquel hasta el final los tengo todos. Y también tengo algunos antiguos que logré rescatar de una bolsa tirada en la calle… flipé cuando los vi ahí. Cogí todos los que pude antes de que mi madre, escandalizada al verme «escarbar en la basura», me obligase a dejar lo que estaba haciendo. Al menos pude rescatar algunos.
No hay problema, en cualquier caso: la colección completa se puede encontrar aquí.
Alfonso Azpiri
Si hablo de los videojuegos españoles y las revistas españolas, tengo que hablar por fuerza de Azpiri. Aunque más conocido en general por sus cómics, en particular por Mot, que fue publicado por entregas en el suplemento infantil del semanario de EL PAIS, para los jugones de la época Azpiri es el padre de las portadas de los videojuegos que tanto nos gustaron.
No fue el único ilustrador español de portadas, por ejemplo me viene a la cabeza Luis Royo, pero sí el más notable, tanto por la cantidad de portadas como por su indiscutible calidad.
He oído a gente decir «este juego era una mierda, pero me lo compré por la portada de Azpiri». Creo que con eso lo digo todo.
Las ilustraciones de Lorna y Viaje al centro de la tierra son auténticas obras maestras, sólo por mencionar dos. Aunque mis favoritas son las del Dustin, Camelot Warriors y Army Moves (el póster estuvo colgado en mi habitación durante años).
¿Dónde disfrutar de todo su trabajo? Pues hasta donde yo sé ha habido dos publicaciones (hablo sólo de las portadas de videojuegos claro), por un lado el libro Spectrum: El arte de los videojuegos, que en la actualidad está agotado; la última vez que lo vi en Amazon estaba a precio de oro, por lo que los afortunados que posean un ejemplar (como yo, ejem) ya pueden guardarlo bien. Y por otro, las publicaciones Tape Covers 1-3, que son portafolios en ediciones de coleccionista, limitadas, firmadas y numeradas, que también son difíciles de encontrar porque se han vendido como churros.
Desde luego si yo publicase un libro mi primera opción sería que la portada me la dibujase Azpiri…
Un momento, ¡eso es exactamente lo que ha ocurrido! Sí, amigos, un sueño de juventud cumplido. Así que atención, porque si queréis tener una lámina original, única y exclusiva con una de las últimas ilustraciones de este genio, firmada y numerada, ¡sólo tenéis que visitar la Tienda!
Presente y futuro del Spectrum
What?
Espera…
WHAT?
No, no me he vuelto loco. El Spectrum como máquina murió comercialmente en el 92, y eso no hay quien lo cambie, pero su influencia se ha extendido en el tiempo, teniendo una presencia constante en múltiples foros. Veamos algunos de ellos:
Artistas y programadores que han lanzado su carrera a partir del Spectrum
Es evidente que mucha gente (entre los que evidentemente me incluyo) ha visto su vida directamente influenciada por aquellos maravillosos años, en mayor o menor medida. Por ejemplo, Dinamic se transformaría en Dinamic Multimedia y cosecharía un gran éxito en particular con su saga PC Fútbol. Quebraría más adelante, pero los hermanos Ruíz siguen ahí, al pie del cañón, con su compañía FX Interactive.
Otro ejemplo que tomo como referente es Carlos Sisí. Fue uno de los que, como yo, adquirió el PAWs y se puso a programar aventuras conversacionales, quedando finalista en el concurso que se organizó en Microhobby. Yo llegué a comprarle su aventura Midnight, aunque confieso que no llegué a acabármela (¡pero sí me acabé el Arkanoid!). Llegó a hacer varias aventuras más y a distribuirlas por su cuenta bajo el «sello» de Wazertown Works.
A día de hoy Carlos Sisí es un afamado escritor, con varias novelas de éxito entre las que destaca la saga de Los Caminantes y una tira humorística que acaba de publicar llamada Historias con alma. Una vez más, estoy seguro de que debe buena parte de su trayectoria a su experiencia con las aventuras conversacionales y el Spectrum.
Asociaciones, blogs, podcast…
El CAAD del que hablaba antes sigue vivo, y mucho. Tienen un foro, un servidor con aventuras conversacionales, emuladores, un grupo de facebook (cuya ilustración de cabecera no es otra que la de la sección del Viejo Archivero de la Microhobby), se siguen creando juegos… En fin, que aún hay mucha gente que le da a la aventura conversacional.
También hay una web en español dedicada al Spectrum y a toda su actualidad: El Mundo del Spectrum. Tienen un fantástico podcast (aunque bastante largo en duración para mi gusto) con entrevistas interesantísimas y mucha información. Sin ir más lejos, en su programa 5×03 entrevistan a Carlos Sisí. También han sacado un libro (tenéis el enlace al final del artículo) con el mismo nombre.
Y ya que hablo de libros, tengo que mencionar Ocho Quilates: Una historia de la Edad de Oro del software español, que también hace un buen repaso. Os dejo el enlace al final.
Por supuesto el Spectrum está presente en ferias retro (por ejemplo Retromadrid), y se pueden encontrar múltiples emuladores y recursos en la red. Siendo tal vez el portal más importante World of Spectrum.
Hardware
Pues sí, también se venden dispositivos que emulan al viejo Spectrum.
El ZX UNO es un clon basado en FPGA. También tenemos el Spectrum Vega (el enlace de Amazon al final del artículo), que es un emulador con varios juegos dentro y aspecto de consola que se conecta a la TV directamente. Y acaba de salir la campaña de Indiegogo para sacar el Spectrum Vega +, que es lo mismo pero en formato consola portátil; lamentablemente parece ser que los creadores no están siendo todo lo serios que deberían, y los patrocinadores están bastante preocupados porque temen haber perdido su dinero.
Por último, atención al Spectrum Next, otra campaña de mecenazgo con una pinta bestial, pues se trata de un Spectrum dopado, y no de un emulador como el Vega. Tiene ranura para almacenamiento SD, y una pintaza en general.
Así pues, creo que no me equivoco si digo que el Spectrum, y todo lo que le rodeaba, sigue muy vivo a día de hoy. Lógicamente restringido al ámbito de una selecta minoría y con la inevitable adaptación a estos tiempos.
¡Larga vida al ZX Spectrum!
Lo dejo aquí no sin antes decir que éste es, probablemente, el artículo con el que más he disfrutado al escribir.
Mi desgastada tecla J (por Dios, decidme que alguien lo ha pillado) es testigo de las horas que he invertido frente a la pantalla. El Spectrum me ha enseñado más de programación de lo que aprendería en toda la carrera. Pero sobre todo, me ha abierto la mente a un mundo de ilusión que marca la persona que soy hoy.
Así como en el artículo dedicado a Gary Gygax decía que este blog no existiría si no fuese por el D&D, puedo decir exactamente lo mismo respecto al Spectrum.
En fin, artículos como éste demuestran sin lugar a dudas que ya estoy viejo para esto.
Yo tenía un espectacular MSX, no me juntaba con la chusma que usaba Spectrum. Pero leer sobre el Don Quijote, el Army Moves o el Tuareg también me ha sacado alguna lagrimilla.
Por cierto, creo que nunca he rejugarlo una misma pantalla más veces que en el estúpido y sensual Batman. Era un vicio masoquista.
¡Ah! También me inflé a jugar al Fernando Martín… juegazos de su época. Coincido contigo en que posiblemente no estaríamos aquí escribiendo de no ser por esa época y todo lo que nos trajo de alimento a la imaginación y la creatividad.
¿Chusma? Madre mía, van a volar sillas por la taberna…
Yo tenía un espectacular MSX, no me juntaba con la chusma que usaba Spectrum. Pero leer sobre el Don Quijote, el Army Moves o el Tuareg también me ha sacado alguna lagrimilla.
Por cierto, creo que nunca he rejugarlo una misma pantalla más veces que en el estúpido y sensual Batman. Era un vicio masoquista.
¡Ah! También me inflé a jugar al Fernando Martín… juegazos de su época. Coincido contigo en que posiblemente no estaríamos aquí escribiendo de no ser por esa época y todo lo que nos trajo de alimento a la imaginación y la creatividad.
¿Chusma? Madre mía, van a volar sillas por la taberna…
Yo también lo conservo! En realidad se quedó en casa de mis padres, pero tiene un puesto de honor en el mueble de la tele, justo a sus pies. Queda muy simpático ver el Spectrum 48k junto a una televisión de 40 pulgadas.
Sobre el Arkanoid… recuerdo de tiempo atrás, cuando el Spectrum ya estaba en desuso, la visita de un amigo a casa, amigo que anda por aquí, ejm… al que comenté por encima ante la presencia del ordenador en cuestión que había llegado a la pantalla final del Arkanoid. Y va y me suelta ‘bah, pues yo lo acabé’.
Resultado: el obvio. Desempolvé el Spectrum y lo conecté en el sótano de casa (a.k.a. Chiringuito) a una tele en blanco y negro que tenía por allí, y no salí hasta que terminé el juego.
Con el Jetpac me pasaba lo mismo, le eché muchas muchas horas. Y también al Psst, de la misma compañía Ultimate.
Y yo que creí que tenía la exclusividad con lo del Arkanoid… 🙁
La tenías hasta que se te ocurrió comentármelo. ¡Reto! ¡Desafío!
Yo también lo conservo! En realidad se quedó en casa de mis padres, pero tiene un puesto de honor en el mueble de la tele, justo a sus pies. Queda muy simpático ver el Spectrum 48k junto a una televisión de 40 pulgadas.
Sobre el Arkanoid… recuerdo de tiempo atrás, cuando el Spectrum ya estaba en desuso, la visita de un amigo a casa, amigo que anda por aquí, ejm… al que comenté por encima ante la presencia del ordenador en cuestión que había llegado a la pantalla final del Arkanoid. Y va y me suelta ‘bah, pues yo lo acabé’.
Resultado: el obvio. Desempolvé el Spectrum y lo conecté en el sótano de casa (a.k.a. Chiringuito) a una tele en blanco y negro que tenía por allí, y no salí hasta que terminé el juego.
Con el Jetpac me pasaba lo mismo, le eché muchas muchas horas. Y también al Psst, de la misma compañía Ultimate.
Y yo que creí que tenía la exclusividad con lo del Arkanoid… 🙁
La tenías hasta que se te ocurrió comentármelo. ¡Reto! ¡Desafío!
La J tenía el comando «Load» por supuesto.
Se me han caído dos lagrimitas al ver la portada del Dustin. Una por el juegazo en si, esa complicadísima fuga, y otra por la portada del fallecido Azpiri.
No puedo añadir mucho más sin repetir cosas ya dichas por ti, el sentimiento es el mismo; pero sí hay una curiosidad personal que quiero compartir.
Los que me conocen mejor saben que tengo muy poco o nada de material pirata y el ZX es la razón. Acabé tan desesperado de esas cargas de 8 y 10 minutos con las cassettes pirata que fallaban en los últimos 10 segundos, que tengo un trauma infantil con los juegos piratas.
Gran articulo que me hace alegrarme de estar un poco viejo, también, para estas cosas.
La J tenía el comando «Load» por supuesto.
Se me han caído dos lagrimitas al ver la portada del Dustin. Una por el juegazo en si, esa complicadísima fuga, y otra por la portada del fallecido Azpiri.
No puedo añadir mucho más sin repetir cosas ya dichas por ti, el sentimiento es el mismo; pero sí hay una curiosidad personal que quiero compartir.
Los que me conocen mejor saben que tengo muy poco o nada de material pirata y el ZX es la razón. Acabé tan desesperado de esas cargas de 8 y 10 minutos con las cassettes pirata que fallaban en los últimos 10 segundos, que tengo un trauma infantil con los juegos piratas.
Gran articulo que me hace alegrarme de estar un poco viejo, también, para estas cosas.
¡Premio por lo de la J! Pero fallaste en lo de Azpiri. ¿Fallecido? De eso nada, amigo. Relee el último párrafo del apartado que le dedico, ¡eso no sería posible si no estuviese vivito y coleando!
Tremendo patinazo el mío, no sé de dónde ha sacado mi cerebro que había muerto.
Por cierto, el trabajo de su hija es también muy interesante.
Sí, lo conozco. A tener muy en cuenta…
Tremendo patinazo el mío, no sé de dónde ha sacado mi cerebro que había muerto.
Por cierto, el trabajo de su hija es también muy interesante.
Sí, lo conozco. A tener muy en cuenta…